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La Secretaría de Cultura extiende la designación de una coordinadora en el Teatro Cervantes por 180 días, a pesar de que la funcionaria no cumple con los requisitos mínimos del puesto. Una movida administrativa que levanta polvareda y expone las internas del Estado.
Una nueva polémica sacude los pasillos de la Secretaría de Cultura de la Presidencia de la Nación. Mediante la Resolución 927/2025, se ha decidido prorrogar por 180 días hábiles la designación transitoria de la licenciada María Dolores ABAIT LABANDAL (D.N.I. Nº 25.686.136) como Coordinadora de Desarrollo Institucional y Prensa del prestigioso Teatro Nacional Cervantes. ¿La particularidad? Esta extensión se realiza con una autorización excepcional porque la funcionaria no reúne los requisitos mínimos establecidos por el artículo 14 del Convenio Colectivo de Trabajo Sectorial del SISTEMA NACIONAL DE EMPLEO PÚBLICO (SINEP).
La medida, que rige a partir del 06 de agosto de 2025, se justifica por supuestas “razones de índole operativa” que impidieron tramitar el proceso de selección para cubrir el cargo. En criollo, no se realizó el concurso y ahora se la mantiene en un puesto para el que, en los papeles, no califica. Esto levanta serias preguntas sobre la idoneidad y la transparencia en la gestión de los recursos humanos del Estado, especialmente en un contexto donde el Gobierno busca ajustar el empleo público.
Si bien el Decreto N° 1148/24 prohíbe nuevas designaciones, exceptúa las prórrogas, dando un marco legal a esta decisión. Sin embargo, estas excepciones pueden ser percibidas como un guiño a la discrecionalidad, mostrando que las reglas no siempre aplican a todos por igual. El gasto de esta prórroga está contemplado en las partidas presupuestarias de la Presidencia de la Nación y el Teatro Cervantes, sin generar un costo extraordinario.
La resolución exige que el cargo sea cubierto mediante un proceso de selección en el plazo de los mismos 180 días hábiles. ¿Se cumplirá esta vez o veremos una nueva prórroga? Los ojos del sector cultural y de la opinión pública estarán puestos en esta designación, que se convierte en un símbolo de las tensiones entre la burocracia estatal y las demandas de transparencia en la administración pública. Es crucial que los ciudadanos comunes sigan de cerca cómo se gestionan estos puestos.
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