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El Presidente de la Nación disuelve la antigua Comisión Nacional de Ética Biomédica y crea la poderosa Comisión Nacional de Bioética, buscando centralizar y modernizar la evaluación ética en salud. ¿Fin de la burocracia o nueva concentración de poder?
El Gobierno ha dado un golpe de timón en el ámbito de la ética médica y científica. Mediante el Decreto 893/2025, el Presidente de la Nación ha ordenado la disolución de la obsoleta COMISIÓN NACIONAL DE ÉTICA BIOMÉDICA, creada hace más de dos décadas por el Decreto N° 426/98. En su lugar, se erige la flamante COMISIÓN NACIONAL DE BIOÉTICA, con sede en el Ministerio de Salud, prometiendo un antes y un después en la regulación y el asesoramiento ético del país.
Según los considerandos del decreto, la antigua comisión "no ha funcionado de manera efectiva ni ha cumplido con los objetivos planteados", lo que evidenciaba una "necesidad de reformas estructurales y normativas" ante el vertiginoso avance científico y tecnológico. La nueva entidad nace con la ambición de "centralizar la gestión de los procesos de evaluación ética", buscando evitar "antinomias y solapamientos", fortalecer la coordinación y reducir las cargas y tiempos administrativos.
La Comisión Nacional de Bioética tendrá objetivos trascendentales: desde asesorar al Poder Ejecutivo Nacional y otros organismos sobre temas específicos de bioética, hasta acreditar Comités de Ética en Investigación (CEI) de instituciones nacionales. También buscará asegurar y garantizar el derecho a la salud, la dignidad humana en la investigación clínica, la calidad de la atención médica y la humanización de la medicina. Además, promoverá la formación, capacitación y el debate público sobre asuntos bioéticos.
Estará presidida por el Ministro de Salud e integrada por SEIS (6) miembros titulares y TRES (3) suplentes, todos con carácter “ad honorem” y designados por CUATRO (4) años. Contará además con un CONSEJO FEDERAL ASESOR DE ÉTICA EN INVESTIGACIÓN, que nucleará a representantes de comités provinciales y de la CABA.
Este cambio es de muy alta relevancia para todo ciudadano. Implica una reestructuración profunda en cómo se abordan los dilemas éticos en salud y ciencia. Desde la investigación biomédica hasta la incorporación de nuevas tecnologías, la nueva comisión buscará establecer criterios más claros, previsibles y seguros. La promesa es una mayor coherencia y efectividad en la aplicación de estándares éticos, lo que debería redundar en una mayor protección de los derechos de los pacientes y participantes en estudios, y una mejor calidad en la atención médica. Estar informado sobre las directrices y recomendaciones de esta nueva comisión será crucial para entender el futuro de la salud en Argentina.