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En un giro que ya se hace costumbre, ENARSA obtiene otra prórroga para operar la Central Hidroeléctrica La Lujanita hasta 2030. La concesión definitiva, una deuda pendiente que genera suspicacias.
El reloj sigue girando, pero la burocracia energética parece tener un tiempo propio. La Secretaría de Energía acaba de prorrogar, una vez más, la autorización provisoria para que ENERGÍA ARGENTINA S.A. (ENARSA), la joya de la corona estatal, opere como Agente Generador en el Mercado Eléctrico Mayorista (MEM) con su Central Hidroeléctrica La Lujanita. ¿La nueva fecha límite? Nada menos que el 31 de diciembre de 2030.
Esta medida, que viene de arrastre desde la Resolución N° 233 de 2015, es un parche a una situación que no termina de definirse: la firma del Contrato de Concesión con el Estado Nacional previsto por la Ley N° 15.336. A pesar de años de prórrogas, los 'procedimientos previos' siguen sin perfeccionarse, dejando a esta importante central de 1,7 Megavatios (MW) en un limbo de provisionalidad.
La excusa oficial es la 'simplificación de trámites administrativos' y 'criterios de oportunidad, mérito y conveniencia'. Sin embargo, para el ojo crítico, esta situación resalta la lentitud y la falta de definición en la gestión de activos estratégicos estatales.
"Aún no se han perfeccionado los procedimientos previos a la suscripción del Contrato de Concesión previsto en la Ley N° 15.336."
Mientras tanto, ENARSA (que ha cambiado de nombre varias veces, incluyendo Integración Energética Argentina S.A. (IEASA)) sigue siendo un pilar en la generación, pero con un status quo que genera preguntas sobre la eficiencia y la transparencia en la administración de los recursos públicos. ¿Hasta cuándo viviremos de prórrogas en el sector energético?